Normalmente en las casas se suelen acumular bolsas de energías negativas, producto de los conflictos y las situaciones de mucho sufrimiento.
Estos cúmulos de energía negativa perduran en el tiempo, además de ir creciendo conforme se viven nuevas situaciones conflictivas. Van cargando negativamente nuestras casas, influyendo en nuestro estado de ánimo y disminuyendo nuestra calidad de vida.
Además si la persona o personas que habitan en la casa son sensibles o tienen facultades psíquicas, perciben presencias o ven sombras.
Estos casos suelen ser más frecuente de lo habitual y entonces aparecerán en la casa espíritus errantes en busca de ayuda e incluso, en el peor de los casos, espíritus oscuros.
Ambos parasitan la energía de las personas que viven en la casa y, en el caso de los oscuros, se esforzarán en fomentar discordias y ampliar los conflictos de las personas que allí residen, e incluso llegan a enfermarnos, en estos casos suelen ser vampiros energéticos, espectros o entidades del bajo astral.
La limpieza de las energías negativas y espíritus perdidos no suele presentar problemas.
El día 21 de septiembre del 2021, después de realizar una limpia en una casa que estaba llena de entidades, quedó estampado en mi pantalón la cara de un ser, así como una pata de animal y otras entidades en otra parte del pantalón.
Estando en la casa de unas amistades en la ciudad de México, el 15 de diciembre del 2020. Meses después del ofrecimiento floral a la Virgen de la Inmaculada Concepción, durante el día, percibí en varias ocasiones olor a flores. Justo debajo de las escaleras de la vivienda, tienen expuesta en un pequeño altar la figura de la Virgen que se compró en la iglesia.
Unos minutos antes de llegar a la altura de la figura, empecé de nuevo a oler a flores más intensamente y al estar frente a ella sentí una fuerza que me hizo detenerme. Me quedé mirando a la Virgen, el olor a flores cada vez era más intenso, fue entonces cuando observé como sus manos empezaron a sangrar. Además, realicé estas fotos:
En la primera imagen se ve a la virgen con su cabeza cabizbaja y sus manos sangrando.
En la segunda se aprecia la cara de la Virgen levantada y sonriendo.
En las dos siguientes fotografías vemos las manos y las gotas de sangre.
Durante un curso de sanación en Buenos Aires (Argentina) era tan intensa la clase además de la energía que se movía, en un receso para descansar, una alumna hizo una fotografía. cómo se puede observar en mis ojos tienen un color celeste blanquecino, en varios testimonios de sanación, algunos pacientes han tenido la misma experiencia.
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